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De una pareja de centrales en Mestalla formada por Iván y Orozco a ver a Juanmi sin jugar ni siquiera con el filial. De ver a la afición desesperada clamando por fichajes de invierno para evitar una amenaza de descenso muy real a corear el nombre de Portillo como remedio para seguir apurando la permanencia 15 fichajes después. Entre esos ejemplos tan gráficos apenas han pasado unas meses. Son algunos de los vértices que ilustran el triste panorama de la cantera del Málaga, que de una temporada ha pasado de ser un recurso de emergencia para la primera plantilla a su actual rol de opción remota.

Los números explican el viraje de la siguiente manera: hasta nueve canteranos tuvieron protagonismo continuo el curso anterior, dos lanzados desde la pretemporada con los mayores (Manu y Edu Ramos), siete irrumpiendo como un goteo a lo largo del curso (Iván, Juanmi, Portillo, Pedro, Orozco, Toribio y Javi López); en el actual, de partida partían con cierto estatus Edu Ramos, Manu, Iván, Portillo y Juanmi, aunque todos han tenido protagonismo residual, y únicamente Recio ha pisado fuerte desde el Atlético Malagueño. Eso sí, el centrocampista lo ha hecho granjeándose continuidad con los mayores.

O dicho de otro modo, la temporada anterior los canteranos tuvieron un total de 6.114 minutos de protagonismo repartidos en 87 encuentros. Por canterano, las 38 jornadas se saldaron con un promedio tipo aproximado de 679 minutos y casi diez partidos. Hacer la cuenta para los 23 encuentros que se llevan disputados descubre otra realidad distinta. Las 42 participaciones globales de los seis canteranos del plantel acumulan 1957 minutos, lo cual equivale a un perfil medio de 326 repartidos en 7 encuentros de protagonismo en este tiempo, apenas medio tiempo por partido.

Pero la radiografía actual dibuja un panorama muy triste y un futuro poco alentadora. Edu Ramos e Iván no jugarán más este año porque fueron cedidos en el mercado de invierno (el primero al Leganés, el segundo al Real Madrid Castilla); Manu sólo entra en las convocatorias cuando las sanciones y lesiones obligan a Pellegrini; Juanmi ya ni siquiera es indiscutible en el filial y Portillo tiene presencias esporádicas, casi todas apareciendo desde el banquillo. Tan sólo Recio, que desde el primer día tuvo el cariño del técnico chileno por los informes que dio de él Antonio Benítez, ha sabido mantenerse y hacerse importante en las alineaciones, aunque en un principio debutara por la obligación de la falta de efectivos en la medular en otoño.

Manuel Pellegrini dejó claro a los responsables de la parcela técnica del club su teoría con los canteranos: "Yo quiero jugadores ya hechos y no por hacer". Una realidad dura para la cantera pero al menos honesta con su forma de pensar. Todo lo contrario a lo que se trató de hacer ver a la opinión pública la temporada pasada, con Fernando Sanz en la presidencia y Juan Ramón Muñiz en el banquillo. Ante la falta de efectivos en el primer equipo y la decisión del club de no invertir más presupuesto en incorporaciones, el técnico asturiano se tuvo que conformar con ir tirando progresivamente de efectivos del filial. La paradoja es que casi todos le solventaron la papeleta cuando actuaron: Manu, Javi López, Iván y Juanmi debutaron con gol y Toribio acabó siendo indiscutible en el doble pivote (21 partidos). Ahora sólo Recio parece tener avalada continuidad