La huida de capitales en las económicas con más problemas está siguiendo una dinámica preocupante para la salud financiera de la eurozona, la mayoría de los inversores tienen miedo de que aquellos países con fuertes ajustes agudicen su contracción económica y terminen por salir del Euro implantando una nueva moneda que devalúe sus inversiones en euros.

El Banco Central Europeo realiza un seguimiento de los flujos de capitales dentro de la Unión Europea mediante el análisis de los balances de los Bancos Centrales de la eurozona y con los resultados de estos análisis podemos conocer hacia donde se mueve el dinero. En el siguiente gráfico se perciben claramente los países que más sufren hacia el exterior de sus fronteras estos fuertes movimiento de capital.



Como podemos observar en el gráfico, los principales movimientos de capitales se están produciendo desde España e Italia con destino hacia Alemania, Holanda y Luxemburgo. En el mes de marzo salieron de España alrededor de 65.000 millones de euros mientras en los siete últimos meses la deuda de los bancos españoles aumento en 155.000 millones de euros y durante ese periodo se produjo un crecimiento de liquidez en los bancos de Alemania y de los Países Bajos en 360.000 millones de euros, de los que 180.000 millones habían salido de Italia.

En España la fuga de capitales incide directamente en la economía interna, son numerosos los condicionantes que lastran la solvencia del sistema financiero español, el más grave de ellos es el fuerte apalancamiento que sufren las entidades financieras con la gran deuda privada acumulada durante la burbuja inmobiliaria, superior a nuestro PIB, seguido de una exposición inmobiliaria que tiene que cubrir pérdidas por la continuada liquidación de los activos tóxicos, el incremento de la morosidad y la gran cantidad de deuda pública acumulada. Todos estos condicionantes dejan el sector financiero con poco margen de liquidez, contrastando con el beneficio que ofrece la fuga de capitales hacia otros países como Alemania que se favorecen de un entorno de liquidez inusual que termina incidiendo en más fortaleza financiera y un mayor crecimiento económico.

Esta huida de capitales también pone en peligro la solvencia del propio Estado español por las continuas inyecciones públicas de liquidez hacia nuestro sistema financiero, convirtiendo la solvencia del Estado en una verdadera bomba de relojería que debe tratarse con cautela para que no estalle. Para salir ilesos de este problema se debería disminuir la exposición de las arcas públicas hacia diversas entidades bancarias, dejando de inyectar liquidez en los balances de las menos rentables y pasando a liquidar o nacionalizar las quebradas, ahorrando el dinero de los ciudadanos para continuar con buen pie en una restructuración sana y equilibrada de nuestro sector financiero.

Con estas acciones se evitaría seguir dentro de una espiral que convierte al Estado en el máximo inversor de algunos bancos y cajas de ahorros, con inyecciones de dinero público que lo único que consiguen es aumentar la deuda pública sin solucionar los verdaderos problemas estructurales de nuestra economía. Saliendo de esta espiral se podría disponer de más crédito desde un entorno financiero más saludable para ofrecer más inversión hacia nuestro tocado tejido productivo, dando un respiro a la actual contracción económica.

Fuente: ELRINCÓNJEMS39.WORDPRESS.COM