Nuestro fútbol, entre jeque y concursal

Alfredo Relaño | 14/06/2011
Los futbolistas están de vacaciones (casi todos) pero los directivos, no. La mayoría se afanan en cuadrar unas cuentas imposibles. Nuestro fútbol (como el de todas las partes) respeta escrupulosamente la regla de gastar cada año un diez por ciento más de lo que ingresa. Así año tras año. Va saliendo adelante porque en la sociedad en general y en los bancos en particular suele haber una tolerancia especial con este sector, pero llegan tiempos en que el zapato aprieta tanto que ya le llega hasta al fútbol. Las cuentas no salen, los jugadores no cobran, otros acreedores menos y Hacienda ni les cuento.

Así que la mayoría se mueve entre la búsqueda de un jeque salvador, un caballo blanco como el que ha encontrado el Málaga, o la ley concursal, que consiste, básicamente, en no pagar y que no importe. Lo del jeque (o el petromillonario ruso, o el superpotentado hindú) es trabajoso y arriesgado (ya ven lo del Racing) pero merece la pena. Corren macutazos y allá van unos y otros como moscas a la miel, en busca del posible salvador. Siempre con el riesgo de dejarse embaucar por uno que no es jeque, sino sólo sobrino de primo de ahijado de jeque, sin llave de caja alguna. Que también se dan casos.

O la ley concursal, decía. Representa oprobio, pero supone tirar p'alante. Alguno ya ha hecho las dos cosas, concretamente el Málaga, que pasó en tres años de la indigencia a la opulencia. En todo caso, unos y otros se afanan por conseguir que los futbolistas tengan en su garaje cinco lamborghinis en lugar de tres, y que sus agentes vivan todos en La Finca, el sitio más exclusivo de Madrid. Para eso pasan esas angustias que les atormentan especialmente en estas fechas que los jugadores pasan en paradisíacas playas. Todo por esa vieja maldición que impide que el fútbol se conforme con gastar lo mismo que ingresa.


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Dejo una captura por si cambia el discurso como ya hizo anteriormente

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ala, haber quien es capaz de descifrar el mensaje, ¿que se esconde detras de esas palabras?