Manuel Pellegrini combina un mensaje de autodefensa de su trabajo, de reconocer méritos, con otro lleno de mesura, que huye de la celebración de la permanencia: "No considero que esté salvado porque las matemáticas no lo indican. Pero sí ha sido un paso muy importante. La clave ha sido intentar imponer la mecánica de juego que yo quería. Nos costó mucho asimilar las ideas. Estaríamos quintos a tres puntos de la Champions si empezará la Liga cuando llegamos. La mejor manera de salir de ahí abajo era a través del buen fútbol. Nuestro trabajo fue inculcar una forma de jugar antes de buscar los resultados inmediatos. Hecho esto, los logros llegan".

El Ingeniero valora el triunfo y el trabajo suyo y de su equipo. Además, manda un leve guiño a la afición: "Este es un proyecto para varios años. Hemos intentando partir sumando para el futuro. A ver si podemos hacer un grande del Málaga, que es la intención de los dueños. Los jugadores creían en lo que hacíamos, por eso no fue difícil. Nunca sentí la duda del plantel en lo que hacíamos. Todos en el vestuario están muy contentos. Mucha alegría, pero no euforia. No se puede celebrar hasta que no esté todo sellado. También me voy contento por la hinchada. Mientras la gente esté contenta, lo estamos los demás".
Casi lo mejor de su intervención fue la frase final. Le preguntaron al chileno si pensaba que al Málaga le faltaba un poco más de Liga. Su frase, lapidaria: "Mejor que se acabe..."