Nadie quer铆a a C茅sar

M贸nica Juanatey tuvo 10 a帽os para querer a su hijo. Le aliment贸 durante todo ese tiempo, le acost贸 y le llev贸 al colegio. Empez贸 cambi谩ndole los pa帽ales, d谩ndole Apiretal cuando se pon铆a enfermo y celebrando que su primera palabra fuera 鈥渕am谩鈥�. Con el tiempo, le compr贸 zapatos nuevos cuando los pies crecieron y le cur贸 las heridas de esa rodillas gastadas de tanto caer de la bici. Seguramente m谩s de una vez le rega帽贸 por chutar el bal贸n dentro de casa y por no lavarse los dientes despu茅s de cenar. Y sin embargo, le ahog贸 en la ba帽era. 驴C贸mo puede alguien no amar a quien cuid贸 durante una d茅cada?

Es dif铆cil no sentir dolor al imaginar la soledad de C茅sar, un ni帽o al que nadie ha echado de menos durante los 煤ltimos dos a帽os. Nadie. Ni su padre ni sus abuelos ni el resto de familiares y amigos que dej贸 en Galicia. Nadie sinti贸 la necesidad que te da el amor de escuchar la voz del ser querido. Nadie necesit贸 ver en una foto al hombrecito en el que se estaba convirtiendo. Nadie le llam贸 para desearle Feliz Navidad ni feliz cumplea帽os. Nadie necesit贸 coger un avi贸n hasta Menorca para verle ni aunque fuera ratito. Nadie, nadie, nadie ech贸 de menos a C茅sar.

No valen excusas. No quiere m谩s el que dice cien veces te quiero, sino el que lo demuestra, el que necesita verte, saber de ti, o铆rte de vez en cuando. Por eso, es justo conjeturar hoy que nadie le quiso. Pero, dios santo, 驴Qu茅 demonios puede hacer un ni帽o para que nadie sienta amor por 茅l?

驴C贸mo es posible que no saltaran las alarmas en Asuntos Sociales? 驴C贸mo es posible que nadie en este pa铆s se entere de que un ni帽o de 10 a帽os deja de ir a la escuela? 驴Tan f谩cil es que desaparezca un menor en Espa帽a? Los bancos tienen un sistema infalible para detectar tarjetas clonadas. Si te copian el n煤mero y la utilizan para gastar tu dinero en un comercio de otro pa铆s mientras t煤 permaneces en el tuyo, el sistema avisa al instante. Quiz谩 se te trate de una suerte de logaritmos o sistemas binarios extra帽os que posibilitan que la tecnolog铆a y la matem谩tica intuya que algo no funciona en la vida real y salvaguardan tu dinero. Sin embargo, en esta era digital en la que vivimos, en la que tan sencillo es que una madre asesina finja ser su hijo en Internet, no existe sistema alguno que permita a la burocracia espa帽ola detectar con inmediatez que un ni帽o no est谩 escolarizado.

Cuentan que M贸nica fue madre soltera, que al poco tiempo se separ贸 de su pareja y se fue a vivir con sus padres a Noia. En paro y con un ni帽o al que alimentar, decidi贸 irse a Menorca. Y dej贸 a su hijo con los abuelos en lugar de con el padre.

Durante ese tiempo sus abuelos se ocuparon de 茅l, le cuidaron, le dieron de cenar y le arroparon. El padre no, 茅l viv铆a en su casa, lejos de su hijo, porque ten铆a malas relaciones con la madre, que ya en Menorca empezaba a dibujar su nueva vida de treinta帽era soltera.

Pero los abuelos se hartaron. Tuvieron muchos motivos para decirle a su hija que ten铆a que volver a hacerse cargo de C茅sar. Quiz谩 ya eran demasiado mayores para criar a un ni帽o, quiz谩 entendieron que lo correcto era que la madre cuidara a su hijo. Sin embargo, a nadie le preocup贸 el hecho de enviarle a vivir con una madre que no lo quer铆a consigo. Le sacaron un billete de avi贸n y lo enviaron solo hacia la isla balear.

M贸nica ya hab铆a ligado por Internet y viv铆a con su nueva pareja a la que jam谩s hab铆a contado que ten铆a un hijo de 10 a帽os en Galicia. Cuando el peque帽o apareci贸 hasta le oblig贸 a llamarle t铆a. 驴Cu谩nta pena sinti贸 C茅sar al ver que su mam谩 no le quer铆a como hijo? La palabra 鈥渟obrino鈥� se volvi贸 as铆 cruel en la boca de M贸nica.

Con el 鈥減aquete鈥� en casa, le dijo a su nuevo novio que su 鈥渟obrino鈥� se quedar铆a s贸lo 10 d铆as. Y pas贸 el lunes, el martes, el mi茅rcoles鈥� Durante 10 d铆as volvi贸 a acostar a su hijo, a darle de cenar, a prepararle la ropa limpia. Tuvo una nueva oportunidad para quererle, sin embargo, opt贸 por ser el monstruo que crey贸 que su vida ten铆a m谩s valor que la de su propio hijo. No iba a arriesgarse a que su pareja se enfadara y la dejara.

Y lo llam贸 para que se ba帽ara. C茅sar estaba confiado porque 茅l s铆 quer铆a a su mam谩. Seguramente estaba contento de volver a vivir con ella, aunque le llamara sobrino. Eso daba igual, 茅l la quer铆a mucho y se lo perdonaba todo. Como todos los ni帽os del mundo, amaba a su madre sin condiciones, de esa forma en la que siempre quieren los ni帽os, con generosidad e inocencia.

C茅sar se sinti贸 a salvo cuando su madre le puso el champ煤 en el pelo, por eso se sorprendi贸 tanto cuando esas manos que deb铆an ser protectoras le sumergieron la cabeza en el agua. Nadie puede imaginar el terror de ese ni帽o mientras su mam谩 le quitaba la vida. La terrible angustia de sentirse ahogado por la persona m谩s importante de su vida.

Lo meti贸 en la maleta con los cuatro juguetes y tebeos que C茅sar seguramente hab铆a tra铆do consigo desde Galicia y lo abandon贸 en el campo. Ah铆 pon铆a ella el punto final a su antigua vida para pasar 鈥渃on normalidad鈥� los 煤ltimos dos a帽os. Como si nunca hubiera tenido un hijo. Durante todo este tiempo, M贸nica habr谩 cantado, bailado, re铆do como si nunca hubiera ahogado a su peque帽o de 10 a帽os.

Tan bien vivi贸 su vida, con tanta 鈥渘ormalidad鈥�, que nadie se dio cuenta de nada. Chateaba con los familiares y amigos de Galicia como si fuera C茅sar quien tecleaba las palabras. Anunci贸 incluso que el ni帽o hizo la Primera Comuni贸n en noviembre de 2008. Nadie se extra帽贸 de que no enviara fotos de ese d铆a. Nadie quer铆a tanto a C茅sar como para necesitar verle en su primera eucarist铆a.

De nuevo, no valen excusas. No vale decir que ten铆an mala relaci贸n con la madre o que ella no les dejaba ver al ni帽o, que no enviaba esas fotos pedidas mil veces ni le pon铆an al tel茅fono cuando ped铆an por 茅l. No vale. Dos a帽os dan para reclamar muchas veces ver a C茅sar, para sospechar que si no lo logran es que algo va mal.

Fue demasiado f谩cil hacer desaparecer a C茅sar. Nadie le ech贸 de menos y tuvo que ser 茅l mismo quien diera voz a su vida al garabatear su nombre en el estuche escolar, como obligando a recordar al mundo que lo olvid贸 que 茅l s铆 estuvo aqu铆.