Así lo he visto yo. Hemos podido finiquitar a los 20 minutos pero no hubo suerte. Aún así, las pegadas de uno y otro equipo son completamente diferentes.
El Málaga y sus facultades miméticashttp://sheikviberti.blogspot.com.es/201 ... ticas.htmlEl Málaga es un equipo de contrastes. En toda la primera vuelta sólo recibió cuatro goles en contra, a domicilio. Hoy vio perforada su meta en dos ocasiones. Y hoy, igualmente, metió (tres) más de la mitad de goles (cinco) que en toda la primera vuelta en campo adversario.
El conjunto blanquiazul exhibe facultades miméticas difícilmente explicables. Parece poner en práctica el "yo más". En Champions se equipara y aventaja a cualquier rival. Golea y exhibe un fútbol preciosista ante los inquilinos de la parte alta de la tabla, en Liga y Copa. Y muestra lo peor de su repertorio ante rivales en descenso. Ante ellos, sufre, se arrastra por momentos, corre tras el balón como alma en pena. Esta última "habilidad" es del todo desquiciante.
El esforzado pero afortunado aficionado malaguista ha podido ver hoy en Son Moix dos partidos diferentes. En los primeros veinte minutos, el Málaga, en dos zarpazos de calidad y otras tantas combinaciones, ha podido firmar un resultado de escándalo.
El primero lo hizo Saviola. En el minuto 11 consiguió el 0-1 de la forma que sólo saben hacerlo los depredadores del área. Un gol de toque certero, acomodando la posición al esférico para mejor recibir el cuero y rematarlo a gol de forma inapelable. De categoría mundial.
Cinco minutos después, Isco hace el 0-2 rematando con perfección y templanza un centro pluscuamperfecto de Monreal, tras jugada de tiralíneas. El Málaga jugaba como en Champions, con calidad, orgullo, gustándose.
Pero lo que parecía finiquitado no fue cerrado ni por Roque, en un uno contra uno contra Calatayud, ni dos minutos después por Lugano, que peinó de cabeza muy desviado.
A partir de entonces, Giovanni demostró las cualidades que le hicieron tan apetecible a los ojos de Antonio Fernández. Desbordaba por banda una y otra vez a Sergio Sánchez. El catalán sufrió una enormidad y demostró sus limitaciones como lateral. El Mallorca buscaba y abusaba del flanco débil del Málaga. Lugano acaba de llegar y aún no se encuentra cómodo. La defensa parecía hoy desdibujada. El equipo bermellón sabía sacarla de sus casillas.
En una acción de Giovanni vino el 1-2. Dos Santos centró como Pedro por su casa y Víctor, ante la pasividad de la zaga malaguista, aprovechó un servicio de cabeza picado al suelo de Hemed que desconcertó a Monreal, su único fallo, cogiendo alúas. Había partido.
Giovanni fue un martirio para el Málaga. Dispuso de ocasiones continuas. No sufría oposición alguna de sus pares. La defensa malaguista se mostraba vulnerable, insegura, más lenta de lo habitual. Milagrosamente el resultado al descanso acabó con ventaja para el Málaga.
Y con la reanudación no cambió el escenario. Giovanni continuaba acosando el flanco débil. Y el Málaga no sabía pararlo. El empate del Mallorca, si había de producirse, sería por esa banda.
Menos mal que Monreal materializó el 1-3, en un alarde de clase y potencia, al borde del cuarto de hora del segundo tiempo. El tercer gol dio al Málaga el margen suficiente en el marcador para aguantar hasta el final.
La media hora restante fue dominada por el sufrimiento porque escasos minutos después, Giovanni, verdugo del Málaga, colocó un balón inverosímil bajo la cruceta que sorprendió a Willy y supuso el 2-3.
Para colmo de males, Demichelis vio la segunda amarilla. El Málaga estaba contra las cuerdas. Uno menos, un mundo por delante y un Giovanni en plenitud al que nadie paraba.
Pellegrini trató de dar fuelle y oxígeno al equipo dando entrada a Eliseu, Camacho e Iturra. Pero el equipo blanquiazul anduvo lejos de su mejor versión. Con un jugador menos y tantos kilómetros encima, costó aguantar la victoria hasta el final. El Mallorca tenía el balón y el Málaga achicaba como podía. El equipo mallorquinista ponía el juego y la calidad. El Málaga las ganas. El mundo al revés.
Al final Roque dispuso de una última ocasión que marró de tanto como quiso ajustarla al poste.
Al término del encuentro, hubo justicia, no quizá con el resultado del partido sino con el de "la eliminatoria". Y el equipo de Pellegrini "recuperó" los dos puntos que tan injustamente se les escaparon en la segunda jornada en La Rosaleda ante los bermellones, a base de pegada y calidad en la definición.
Difícil papeleta para los de Caparrós, cuyo equipo practica buen fútbol pero que no consigue salir de la zona oscura y se hunde aún más en la zona baja de la tabla.
Lo mejor de hoy, el resultado. Dormimos en Champions. Los designios del fútbol son inescrutables.