Yo este año he cambiado de sitio (del gol alto a gol bajo) y aún no estoy acostumbrado a la gente de mi alrededor, ni ellos a mi tampoco. Los de mi izquierda la tienen tomada con el pobre de Portillo y lo fustigan hasta cuando lo hace bien, (lo podía hacer mejor, dicen a veces) y yo lo animo con mas ganas cuando falla, los de la derecha son auténticos catetos que hasta el día del Milán, cada vez que pasaba algo (del madrid) se levantaba y gritaba el marcador. Lo que más me sorprende de todo es las miradas que me echan cuando me pongo a seguir los cánticos de Malakas o del Frente, parece que les molesta y yo que me doy cuenta que les jode, pues lo hago con mas ganas y disfruto más viendo sus caras de amargao.