Eso está claro. Y es por dos causas. 1. La gente antes aquí era más bizarra, más guerrera. Parece que porque tenemos pasta ahora hay que ser más señorito, más picajoso. 2. Entre los nuevos socios "enganchados" a la causa, hay mucho tribunero que sólo va a lo que va mucha gente al Camp Nou o Bernabéu (los peores campos de España en cuanto a animación), a ver un espectáculo como si fuera al teatro.
Este año, sólo el día del gol de Baptista, pero es que si no te emocionas remontando un partido, en el descuento y con un golazo, es que no tienes sangre.