Al llegar el sábado a la Rosaleda, recibí la noticia que no hubiera querido recibir jamás, la muerte de Viberti. Me entristecí muchísimo y durante el minuto de silencio me vino a la memoria aquel partido que vi, desde la lejanía de mi tierra natal, en el Estadio Insular de Las Palmas de Gran Canaria, en donde el Málaga ganó por 1 a 2, con goles de Migueli y Viberti (!QUE GRANDES JUGADORES LOS DOS!).
Miré a mis jugadores en el centro del campo y pedí para mis adentros que ojalá ganáramos al Valencia, porque mi corazón lo necesitaba.
Lo que observé desde que el partido empezó, fue una entrega total de nuestros jugadores y un fútbol de alta calidad. Fue de tanta calidad que este Málaga pasó como un vendaval por encima del Valencia. El resultado final lo dice todo 4 - 0. ¡Qué partido he visto!, pensé ¡pero cuánto siento que te hayas ido!. De todas maneras estoy seguro que tú esta noche nos has ayudado un poquito a conseguir esta victoria.
¡Bendito seas Viberti!, mi mujer, mis dos hijos y yo te recordaremos siempre.