"Me sorprende la humildad que nos puede enseñar Van Nistelrooy"

"Se lo dije a mis íntimos, es una de las cosas que tienen los más grandes como él", asegura del holandés Demichelis, quien confiesa que el conocer los fichajes le "generaba ansiedad de querer empezar la temporada"


Martín Demichelis ejerce de líder en todo momento. Además, lo hace con una sensibilidad aparentemente impropia en un central rocoso como es el argentino. Su discurso está lleno de mensajes, no tiene desperdicio. La palabra que mejor lo resume es autoexigencia.

-Cuando llegó al Málaga me dijo en una entrevista anterior que necesitaba que el cambio fuera para sentirse importante en el equipo. Parece que acertó.

-Sí, después de los cinco meses que estuve en el Málaga y habiendo alcanzado el objetivo, puedo decir que fue una decisión acertada. Pero, bueno, no sólo en el fútbol, sino en la vida hay que tomar decisiones a veces un poco más arriesgadas que otras. En mi caso fue una decisión difícil de tomar, pero en ningún momento tuve miedo y, después de haber alcanzado el objetivo, salgo fortalecido y con muchísimas más ganas de seguir alcanzando metas en el Málaga.

-¿En ese momento ya pensaba o sabía que el equipo se iba a reforzar como lo ha hecho?

-Bueno, sí sabía que era parte de este proyecto, que tanto los jugadores, dirigentes y hasta los aficionados del Málaga nombramos. Sabía, cuando tuve las primeras conversaciones con Manuel [Pellegrini] que ya en ese mercado de invierno iban a llegar los primeros refuerzos para intentar alcanzar el objetivo. Y que después, ya alcanzado el objetivo, iban a llegar hombres importantes para ir en busca de objetivos diferentes, como es ahora meternos en Europa. Entonces, independientemente de que no sabía qué nombres iban a llegar, sabía que sí iba a haber un cambio radical en cuanto a los objetivos, que eran diferentes a los de los años anteriores.

-¿Qué pensó entonces cuando se fue enterando de los nombres que se iban contratando?

-Estaba ansioso por saber de qué manera se reforzaba el equipo y, viviéndolo desde la distancia, desde Argentina, obviamente que me iba enterando de lo que sucedía a través de internet. Siempre aparecían noticias, nombres nuevos que iban sonando, que se iban acercando al Málaga... Era motivo de alegría, de felicidad. Asimismo, generaba ansiedad de querer empezar la temporada. Ahora, después de diez días de trabajo, estoy muy contento porque creo que vinieron grandes jugadores y grandes personas, que con sus ganas de triunfar, de trabajar y la humildad que van a aportar a este equipo vamos a ir creciendo.

-¿Qué pasó con Lucio?

-Era uno de los objetivos del Málaga, pero lamentablemente después no se dio.

-En su última comparecencia de prensa tuvo un bello detalle acordándose de los que ya no están en el equipo.

-Sí, porque es verdad que hoy todo el mundo está pendiente de los jugadores que llegaron o de los que seguimos y, después de haber vivido meses difíciles como los que pasamos en la temporada pasada, creo que también es digno de destacar a quienes trabajaron y nos ayudaron a sacar el grupo adelante que, lamentablemente, por cuestiones futbolísticas o extrafutbolísticas, esta profesión es así y hoy no les toca estar.

-Imagino que mantiene el contacto al menos con alguno de ellos. ¿Qué se dicen?

-Sí, es verdad que me escribo con Arnau, con Fernando, con Javi Malagueño... (suspira). Creo que, cuando uno es jugador y está metido en esta profesión, sabe que esta parte mala puede llegar en cualquier momento. Así que ellos son grandes profesionales, personas de bien. Desde mi lugar les deseo lo mejor del mundo para que puedan seguir siendo felices, ya sea en otro equipo o en su vida privada.

-Aunque usted no es de los que haya cambiado mucho de equipo, pues el Málaga es el tercero en su larga carrera, ¿no tiene la sensación de que sus vidas son un tanto trashumantes?

-Yo tuve la fortuna de pasar de Argentina al Bayern, estar ocho años ahí y, después, éste fue mi cambio dentro de Europa, lo cual no lo sufrí demasiado. Pero el desarraigo de Argentina a un país tan diferente como Alemania sí se sufre y se nota mucho más. Éste, prácticamente ni lo sufrí. Encima, llegué acá y la amabilidad de la gente, de los compañeros mi hizo sentir como que ya hacía tiempo que era del Málaga. Fue mi segundo traspaso pero creo que me sentí muy cómodo y no lo noté.

-¿Llegan realmente a acostumbrarse a tanto movimiento, tanto ajetreo de un sitio a otro?

-Bueno, no sé si a acostumbrar, pero sí que hay que adaptarse porque son las reglas del juego. Cada vez pasa el tiempo y creo que cada vez extraño mis raíces, mis costumbres o mis ganas de estar con mi familia o con mis amigos en Argentina. Es una cuestión que nunca va a dejar de pasar pero, sin embargo, estoy feliz. Hago y trabajo en lo que me gusta, así que no puedo ser un desagradecido con todo lo que he vivido.

-Claro, puede decirse que ustedes son unos privilegiados por su profesión. Sin embargo, ¿habría algo que le gustaría cambiar de la misma?

-Si me tocara volver a nacer, creo que elegiría volver a ser jugador de fútbol, pero es cierto que te hace dejar muchas cosas en el camino, donde un joven o un adolescente que no es un profesional en el mundo del deporte puede hacer una vida normal y nosotros no. Y, eso mismo, más estando lejos de familiares y amigos, que te pierdas muchos de sus días importantes y no poder estar cerca... Pero bueno, las cosas que por ahí te quita el fútbol te las da por otro lado y creo que todo se compensa.

-Siempre ha dicho que las pretemporadas es la parte más importante del año. Esta concentración se acaba y José Cabello, el preparador físico de Pellegrini, les ha hecho sudar de lo lindo.

-Siempre digo que, obviamente, es la parte más dura del año. Pero, para mí, es la más importante. Es un momento que me gusta disfrutar porque, más allá que durante toda la temporada estás viviendo por y para la profesión, creo que éste es el momento donde sólo entrenas, comes y descansas durante 24 horas para el próximo entrenamiento, que es a poquitas horas de diferencia. Y, bueno, llevamos una semana trabajando más que bien, con una sola desgracia como la de Weligton, y creo que el grupo se va fortaleciendo para seguir encarando lo que viene.

-Ya al principio de la charla lo dijo, pero quisiera destacarle que, pese a la dureza del trabajo, se les ve muy animados, muy unidos. Mejor ambiente incluso que en otras pretemporadas.

-Sí. Ha llegado gente con muchísima trayectoria pero, a la vez, con muchísima humildad, que se ha integrado al grupo y que se nota que vienen con un deseo de superación, con un deseo de gloria, de querer tener éxitos. Entonces, eso hace que todos estemos animados, con muchas ganas de trabajar, más allá de lo pesados que se hacen los esfuerzos de la preparación.

-Hablemos de los ocho nuevos. ¿Qué cree que pueden aportar?

-Mucho. De hecho, ya lo están aportando. Después se verá a lo largo de la temporada. Seguramente a algunos les vaya mejor que a otros, pero creo que tanto la parte directiva como el cuerpo técnico han hecho un gran trabajo y han incorporado a jugadores de jerarquía, otros por ahí con una posibilidad de crecer por ser jóvenes, como el caso de Isco, que sin duda es una promesa importante del fútbol español. Pero no vinieron de casualidad, sino para ser importantes. Va a ser una competencia leal y sana, pero difícil. Después, va a ser muy difícil para el entrenador, que tiene una buena papeleta.

-¿Le ha sorprendido especialmente algo de alguno de ellos?

-Sí, se lo dije a mis más íntimos. Durante estos días el que más me sorprendió, pero no por una cuestión futbolística, sino por lo grande que fue a lo largo de su trayectoria, creo que la humildad que nos puede enseñar Ruud van Nistelrooy. No es fácil de encontrar en cualquier jugador y, la verdad, que le agradezco, siempre se lo digo personalmente, pero también a través de ustedes le agradezco que haya elegido venir acá a compartir este proyecto con nosotros. Seguramente aprenderemos mucho de él y una de las cosas más importantes que, justamente tienen los grandes como él, es la humildad.

-Ateniéndonos a sus palabras, Europa es el objetivo. Sé que usted es de los que no se esconden pero, ¿no le parece un poco aventurado decirlo en julio?

-Creo que siempre soy muy precavido a la hora de hablar. No me gusta, porque en el fútbol no se pueden predecir las cosas, pero si analizas por lo que ha invertido el club, por los nombres que hay, seríamos totalmente injustos de decirle al club que el objetivo es salvarnos del descenso. Acá hay que ser claros, sin perder la humildad, sin dejar de tener los pies sobre la tierra y, además, por una cuestión de tener mentalidad ganadora, el objetivo de ahora es pensar en Europa. Después, si no se alcanza, será otra cuestión, pero hoy por hoy los objetivos son no tener ningún tipo de miedo, pensar terminar entre los primeros y después veremos en qué parte de Europa podemos llegar a meternos. Pero, obviamente, el objetivo es ése.

-Vamos, que el resumen sería autoexigencia máxima.

-Sí, sí. Creo que es la mejor manera de alcanzar grandes cosas. Si te preparas para terminar en el puesto diez, después terminas en el puesto 18. Entonces, hay que prepararse y pensar terminar entre los primeros y alcanzar ese objetivo.



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