
Acudimos a la cita vestidos con piel de cordero. Toda Europa espera que pastemos por última vez en el Signal Iduna Park de Dortmund y que despertemos de nuestro maravilloso sueño. Pero ay de aquel que se confie. Debajo de una apariencia humilde o inocente, podemos ocultar malas intenciones, o buenas, según se vea.
Nuestro pastor sabe el camino, confiamos en su guía. Quien sabe, si seguimos pastando (de pasta €€€€) mucho más tiempo.