Málaga ha vivido hoy momentos para recordar siempre. El Málaga ha escrito hoy una de las páginas más brillantes de su historia ante un grande de Europa, el Panathinaikos de Atenas y de nuestro ex Jesualdo Ferreira. La decoración Champions sobrecogía los corazones. La Rosaleda hermosa y brillante. El césped, una alfombra perfecta. El balón de la Champions ondeó cual bandera redonda en el círculo central, elevado por niños de Málaga, a los primeros sones del himno. El instante fue tan intenso, la emoción tan grande, que derramamos lágrimas por los que están y por todos los que nos faltan, demasiados. El tifo de Frente Boquerón ponía los primeros vellos de punta: “lo que no vieron nuestros abuelos lo verán nuestros hijos”. Y el de Malakas, la piel de gallina, la imagen más típica, el icono de Málaga. Soberbios los dos frentes de animación. No cesaron de cantar, corear, ovacionar, ni un segundo. Lo dan todo. Son merecedores de alguna distinción importante.
Y qué decir del equipo. Una delicatessen. Un lujo exquisito que tememos perder, y que no deberíamos dejar de tener nunca. Cada acción de cualquier jugador era festejada con aplausos y vítores. Cada disparo, cada toque de calidad, suscitaba una exclamación de profunda admiración.
¡Tou Tou Toulalan! Fue el primer grito coreado por toda la afición, a una sola voz. Qué forma de achicar espacios, de abarcar todo el terreno de juego. Toualalan, el estandarte. El alfa y el omega. Controla, domina. Ya hasta chuta al modo Eliseu.
Eliseu, soberbio, vertical; su disparo, un obús. ¡Eliseu no se vende! El 2-0 fue una oda al fútbol, una conducción exquisita en diagonal de Isco, pared a Maresca, que se la devuelve de tacón. Excelso. Isco coloca certero a Eliseu, que aloja el balón de disparo inapelable en la red.
Isco demuestra a cada toque calidad a raudales. Tuvo dos soberbias ocasiones que él inventó y el marró por muy poco. Isco, icono malaguista. Verle conducir la pelota es un privilegio que se paladea sin disimulo.
Pero el primer gol de Champions del Málaga nació tras botar un saque de esquina Joaquín. Joaquín, la finta y el sprint, la calidad en el toque y la conducción del balón. No sólo deleitó con su saber y clase. Ayer se vació de energía, lo dio todo. El artista del Puerto de Santa María puso el esférico con guante al alcance de Weli que tocó de cabeza lo justo para regalar un balón diáfano a De Michelis, éste remató con precisión y rabia a la red. Y el festejo fue memorable, brindó su gol con torería a todo el respetable, en redondo y con sentimiento, como un matador de toros acostumbrado a grandes faenas.
Detalles de calidad hubo por parte de todos. Un equipo que ha asimilado la filosofía de Pellegrini y la ejecuta sobre el tapiz verde con maestría. Y en Champions, además, disfrutan, se gustan, transmiten lo mejor de sí mismos. De los que más, Maresca, en su salsa concentrada y reducida a la calidad. Quien tuvo, atesora.
Hasta el joven Fabrice tuvo algún destello de soberbia clase. En una ocasión, a pie cambiado, a punto estuvo de hacer gol. Si entra, el estadio se cae.
Gámez, el mejor en mucho tiempo, llegó a hacerle a Sissoko un caño de cola de vaca. In crescendo, el malagueño.
Monreal se prodigó con autoridad y clase cada vez que quiso. Cada vez se siente más dueño de su carril.
Y tuvimos la suerte de ver evolucionar a un pequeño gran genio como Chanquetito Buonanotte, cada vez gozando de más minutos.
Camacho y Duda, aportaron saber hacer y trabajo, cuando salieron. Duda, intervino mucho en el juego, pese a los pocos minutos que disputó.
Y Willy tuvo intervenciones propias del mejor cancerbero internacional, cuando se le necesitó. Siempre estuvo en su sitio, seguro y solvente.
Una primera parte para enmarcar. Una segunda mitad con salida en tromba y ocasiones muy claras. Control y dominio del juego, calidad y actitud, solvencia, seriedad, aplomo de Champions. La profesionalidad de los nuestros resulta admirable. Marcando en Atenas, es difícil que acabe prematuramente este sueño. La capacidad de recuperación física, con menos de 68 horas de descanso, tras jugar ante el Mallorca, será decisiva. La desafección de la LFP para con los nuestros a la hora de confeccionar los horarios, excesiva, casi infinita, provoca vergüenza ajena e indigna. ¡Qué poco amor propio por el fútbol español en Europa! ¡Qué desprecio de Champions al Málaga!
Quedarán grabadas en nuestras retinas para siempre varias instantáneas. La foto de la afición enlazada, pareciendo acunar a su querido estadio de Martiricos con su equipo dentro. O las tres primeras olas de Champions. O la vibración colectiva de un estadio con alma en estado de enagenación futbolística y emotiva.
Málaga apenas vive, afligida de mal de amores, el corazón en un puño, por su equipo de fútbol. Nada ni nadie debiera poder romper este hermoso idilio. Los enamorados se merecen mutuamente. El equipo es de Champions. La afición, de nivel mundial, ha escrito hoy una Oda desgarradora a la Champions.
La capacidad de emocionar es el mayor de los dones. Gracias por esto, Al Thani. No nos abandones.
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SheikViberti el 23 Ago 2012, 16:59, editado 2 veces en total