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13 May 2012, 21:30
Vine a vivir a Londres el 19 de Mayo de 2011. Desde entonces, una de las pocas cosas que he echado de menos ha sido ir los Domingos a la Rosaleda. El olor a hierba recien regada, el murmullo de la grada al llenarse. Las caras de siempre, foreros que veía cada partido como Hop (Rafa) su hermano Vindalhoo (Miguel) o madring (Miguel).
En mi primer casa internet no iba bien. Me desesperaba cada vez que jugaba el Málaga. Lo veía a trompicones. A veces esperaba a que acabara el partido para poder descargarlo entero y verlo tranquilamente al día suguiente.
Durante el verano me ilusioné con los fichajes. Parecía que al fin ibamos a tener un equipo de auténtica calidad. No iba a poder estar ahí para verlo en directo. Había pagado el abono, como siempre, como llevo haciéndolo desde hace 15 años. Consultaba las páginas de internet para informarme de los fichajes, cosa que no podía hacer hace 15 años cuando la radio era la única forma de informarte. Leía comentarios de los aficionados, ilusionados; y también de alguno con menos cabeza que pies. Y me ilusionaba, a los 29 años, igual que la primera vez que mis padres me pagaron el abono.
Al fin la temporada empezó. Todo iba bien. El equipo poco a poco carburaba. No entendía las quejas de mucha gente en los foros. Que si Pellegrini, que si este jugador es un paquete... y yo veía a mi equio ahí arriba y pensaba "pero de qué se quejan", "lo están haciendo bien, todo se andará". Y poco a pocos nos metimos en champions. Y yo me peleaba con las páginas de internet que me cortaban los partidos cada dos por tres, aun cuando me mudé y la conexión funcionaba.
A veces iba a pubs, de estos que tienen 15 pantallas. Pedía que si me podían poner el partido del Málaga, que seguro que lo echaban en Sky o ESPN. Y me ponían una pantalla en la esquina. Y ahí, con mi cerveza y mi camiseta del Málaga veía el partido. Rodeado de ingleses o australianos, que me rodeaban atentos a sus partidos de la Premier, de Rugby, Criquet y hasta futbol australiano. Se sobresaltaban cuando me oían gritar, protestar o cantar un Gol. Me miraban con curiosidad, sentado solo, gritando a una pantalla donde jugaba un equipo del cual no tenían noticia alguna. Hasta que aparecía Van Nistelrooy y entonces se quedaban extrañados. Como si no entendieran como un jugador así podía estar jugando en un equipo que no conocían de nada.
Pude ver un partido en la Rosaleda, allá por el mes de marzo. La Rosaleda estaba llena. Sentí tristeza. Sabía que sería el único partido que vería esa temporada, y que probablemente el último en muchos meses. Me limité a disfrutar esa sensación y guardarla para mí, para recordarla en momentos como este.
El final de la temporada se acercaba. En mi casa actual, donde vivimos nueve personas, el Málaga se convirtió en un tema de conversación habitial. Los dos alicantinos, las dos gallegas, la pareja italiana, mi novia y el chico húngaro acabaron sintiendo un poco nuestros colores; al menos para tenerme contento. Ellos veían algunos partidos por internet conmigo. Hemos visto al Málaga con el audio en árabe, ingles, holandés, rumano, y español con acento sudamericano.
El fin de semana pasado tras el partido del Atletico vinieron a darme ánimos. Sabían que estaba jodido. Sabían que no había sido justo. Y vinieron a decirme que al final se haría justicia. Que ese equipo que, como les había contado, había jugado hace no tantos años en campos de albero, como el del Velez, que fui el primero que vi; acabaría jugando en Champions.
Llegó el Domingo. Estaba muy nervioso. Había dormido hasta tarde. Fui a almozar a la hora de cenar inglesa. Volví a casa a tiempo de prepararlo todo. Me puse mi camiseta y mi novia se enfundó la bandera. Y el partido empezó. Consultaba el resultado del Atletico en internet. Me abrazaba a mi novia. Mi piernas no paraban de temblar. Internet iba bien, y en español, pero el Málaga no marcaba. En más de una ocasión estuve a punto de llorar, no podía soportar tanta tensión. La Rosaleda estaba llena, y yo no estaba allí. Estuve durante el ascenso a 2ª, en el ascenso a 1ª. En el descenso y en aquel partido que nos salvó de volver a caer a 2ªB; creo que marcó Ivan Rosado. Estuve en el nuevo ascenso a 1ª. Hace dos años no pude estar en la final por la permanencia contra el Madrid, tuve que escucharlo por la radio porque estaba ingresado en Carlos Haya y no me dejaban bajar al bar.
Esta vez estaba más lejos. En Londres, cerca del estado del Queens Park Rangers. Y Rondón marcó. Y el partido acabó. Y yo me abracé a mi novia y empecé a llorar. Pese a las lesiones, la mala suerte cara al gol, pese a algún fallo arbitral; incluso, pese a los pesimistas o agoreros que hasta hace dos días eran de otros equipos que no mencionaré porque este es el foro del MALAGA, estamos en champions. Escucho a través de internet una emisoria de radio malagueña, que festeja este hito histórico,
Y yo, con vosotros, desde la distancia, con lágrimas en los ojos, también lo celebro
VIVA EL MALAGA COJONES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!