http://malagacf.diariosur.es/noticias/2 ... 10609.htmlEstaba a un paso de renovar por el Villanovense cuando la semana pasada recibió una llamada. Jueves por la noche. Era el consejero consultivo del Málaga José Carlos Pérez. Después de los saludos de rigor, a Jaime Molina se le disparó la adrenalina. Supo que estaba entre los candidatos a dirigir al Atlético Malagueño, aunque también le anunciaron que Rafa Gil tenía opciones de continuar al frente del filial. Durante tres días el exjugador malaguista estuvo sumido en la incertidumbre. Acudió el lunes por la noche con su familia a ver los fuegos artificiales por las fiestas en Marbella y apenas estaba concentrado. Vivía pendiente del móvil. Cuando menos lo esperaba, Jaime vuelve a casa.
El Málaga se lo debía. Porque Jaime, esteponero de nacimiento y marbellí de adopción, le dio mucho al equipo blanquiazul durante varios años, siempre desoyó algún canto de sirena -ni él se quiso mover ni su padre se lo habría perdonado-, y encima pasó un calvario el año de la desaparición. Fue de los que más se afanaron en mantener vivo a un grupo destrozado por los impagos y las continuas promesas incumplidas. Vivió en sus carnes la desaparición y lloró como cualquier aficionado. Fue un golpe tan duro que, aunque él no lo recuerde, meses después -ya como jugador del Marbella, en Segunda- parecía tener otro carácter.
Solo los más cercanos, sus fieles amigos, saben hasta qué punto fue frustrante la asfixia económica de aquel fatídico 1992, tener que hacer malabares para afrontar las facturas de recién casado. Sus padres empujaron de lo lindo. Y a pesar de todo, Jaime nunca perdía la sonrisa, siempre trataba de motivar a sus inexpertos compañeros, bromeaba con los periodistas. Probablemente lo aprendió del inigualable Juanito, que lo bautizó como 'Fofó' después de que el marbellí sufriera una lesión en la nariz que se la dejó ligeramente achatada. Ni veces que tuvo que aguantar los chistes de sus ingeniosos compañeros de vestuario.
Elogios a Rafa Gil
«¡Cómo no voy a estar contento! Es que vuelvo a mi casa y en un proyecto que desde fuera permite soñar al fin con tener al Málaga donde merece. Eso sí, lo siento mucho por Rafa (Gil), porque ha hecho una labor excelente y es un entrenador y una persona fantástica. Él sabe cuánto lo aprecio», explicaba el martes por la noche Jaime a este periódico, ya con la confirmación de su fichaje. El ascenso del Villanovense a Segunda B ha sido su gran aval, aunque ya venía apuntando maneras en Mérida y Los Barrios.
Jaime cuenta con la ventaja de que ha conocido todo tipo de vestuarios, con jugadores más o menos expertos, con entrenadores más o menos exigentes, con situaciones cómodas o complicadas. Después del Málaga pasó por el Marbella, el Mérida, el Espanyol, de nuevo el Mérida, Las Palmas y el Numancia. En total, solo en Primera 123 partidos. Es de los jugadores con más equipos distintos en la élite, cinco, un récord que únicamente poseen dos malagueños, Aragón (hijo) y Aranda.
Ahora Jaime vuelve a casa y trabajará muy cerca de Manuel Pellegrini. «Esa es una de las cosas que más me atraen. Aprender de él es una oportunidad que tienen muy pocos entrenadores. Por todo lo que estoy viviendo soy un privilegiado», confiesa el exmalaguista.