Detalles de grandeza. El Málaga ha enviado sendas felicitaciones al Barça, por la Champions, y al árbitro Ramírez Domínguez, por su retirada.El Málaga quiere ser un club grande en todos los sentidos. Deportivamente hablando no hay más que ver la categoría de los nombres de posibles fichajes con los que se vincula al club de Martiricos en estas semanas. En el banquillo, la llegada de Manuel Pellegrini ha supuesto el desembarco de uno de los técnicos «más prestigiosos del mundo», como afirmó el mismísimo Pep Guardiola hace sólo unos días. En lo económico está claro el salto hacia adelante si comparamos el presupuesto del último año de Sanz con el que se trabaja ahora (unos 100 kilos)...
Pero el club de Martiricos también quiere dar imagen de equipo grande. Y para muestra sólo dos botones. El pasado sábado, por ejemplo, nada más acabar la finalísima de la Liga de Campeones, el club de Martiricos emitió a través de Twitter una felicitación pública hacia el cuadro «culé» por haber conseguidos su cuarta Champions.
Más llamativa, si cabe, fue la sorpresa que se llevó hace un par de fines de semana el árbitro cordobés Rafael Ramírez Domínguez, horas antes de pitar el Hércules-Sporting de la última jornada de Liga, que suponía además su último partido como colegiado en la Liga BBVA. Mientras Ramírez Domínguez departía con sus árbitros auxiliares en la cafetería del Hotel NH de Alicante, un camarero se acercó a él para entregarle un fax que acababa de llegar a su nombre. Era una carta encabezada por un enorme escudo del Málaga y firmada por Abdullah Ghubn. En ella, el dirigente blanquiazul felicitaba al colegiado en nombre del club de Martiricos por su trayectoria en Primera División, le deseaba lo mejor para el partido de esa tarde y también para su nueva etapa, ya fuera de los terrenos de juego. Un detalle que provocó las lágrimas del trencilla.
Son sólo dos ejemplos del buen hacer en los despachos de un equipo todavía modesto, pero que aspira a ser uno de los «grandes».