Me gustaría conocer los motivos por los que el señor Ferreira recomendó el fichaje de Malagueño, que nos costó un dineral. Me gustaría saber por qué lo puso anoche Pellegrini como titular. Me gustaría saber qué solución tiene este Málaga que es una auténtica verbena, un equipo que se descontrola a causa de una defensa verdaderamente desquiciante. Pero no solo la zaga es la culpable, no tenemos centro del campo. Solo hacemos daño arriba, pero de poco sirve que Quincy y Rondón formen una pareja letal (marcaron y combinaron los dos en los tres goles), si después Mtiliga no da una a derechas, Malagueño da metros y más metros a sus rivales, y Rubén combina grandes paradas encajando goles que pararía un alevín. Un verdadero desastre. Perder 5-3 en Sevilla fue, después de lo visto, de cómo está el Sevilla, un varapalo tremendo, porque además los cinco goles fueron regalos navideños de los malaguistas, que hicieron de Papa Noel para desgracia de una afición que no entiende nada de lo que está pasando.

Esto tiene poco arreglo. O cambiamos tres cuartos de equipo o nos vamos a Segunda. Los actuales propietarios del Málaga están penando su confianza en Ferreira y en su representante, porque casi les han buscado la ruina económica a ellos, y la deportiva a nosotros. El Málaga ha pagado un montón de millones de euros como para estar sufriendo de tal manera. No hay derecho. No es justo. Pero es así, dura realidad.

El año no ha podido terminar peor para los colores blanquiazules. Los aficionados malaguistas merecíamos una felicitación navideña más hermosa que los cinco goles que les regalamos a los sevillistas, un equipo mediocre acorde con su entrenador actual. Mal asunto. El Sevilla se llevó el 'gordo' y ni siquiera compró lotería. Anoche regalamos una eliminatoria.


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