El comienzo no pudo ser más desgarrador. Tanto que al final decidió una derrota, posiblemente inmerecida, pero otra más que nos mantiene en la cola de tabla. Me imagino que todos los jugadores del Málaga estarían más que ilusionados con agradar a Pellegrini, el flamante y fantástico fichaje del Al-Thani y Ghubn, y de buenas a primeras, un despiste de Arnau nos ponía con el marcador en contra. Pocas veces un fallo en el minuto uno pudo tener tanta repercusión 90 después. Ese tanto hizo que los nervios afloraran en los jugadores malaguistas, que tardaron en sobreponerse. Viendo al equipo blanquiazul, los aficionados que hayan presenciado todos sus partidos esta temporada, seguro que se harán la misma pregunta: ¿Dónde está el Málaga de Zaragoza o de Getafe? Sin duda, la actuación del equipo no responde al esfuerzo de los nuevos propietarios, quienes, por cierto, deben desprenderse definitivamente de ciertos lastres (tienen nombres y apellidos), especialistas en hacer la pelota por delante y defenestrar por detrás... Les vendrá (a ellos y al Málaga) más que bien.

Tiene trabajo por hacer Pellegrini. Bastante. El Málaga mejoró en el segundo tiempo, pero no le hace un gol al arco iris... Eliseu, Baha y Quincy (su disparo mereció el gol) pudieron empatar e incluso desnivelar a su favor. No fue así. Hay que seguir pensando en positivo, y sobre todo esperando a diciembre. Apunten: Diarra, Emaná.... Hay tiempo, pero no se pueden seguir cediendo puntos a equipos tan malos (me reafirmo con mi opinión sobre la Real Sociedad también) como el Espanyol.

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