En estos agitados días de apertura de mercado, cuando las cláusulas de rescisión de los futbolistas están a la orden del día y son la comidilla de todas las conversaciones, millones arriba, millones abajo, resulta insólito encontrarse con una cantidad como la que figura en el contrato del uruguayo Gonzalo Chori Castro: 18.000 euros.

Esta sería la irrisoria cifra que cualquier equipo interesado en el futbolista del Mallorca debería depositar en la Liga de Fútbol Profesional para hacerse con sus servicios. Todo un regalo en estos tiempos que corren.

Evidentemente, se trata de un desafortunado error a la hora de redactar la cláusula II del contrato, en el capítulo de rescisión unilateral del mismo, pero que tiene valor absoluto al ser el documento oficial depositado en la LFP, al que ha tenido acceso MARCA y que reproducimos en esta página.

El contrato se firmó en Palma de Mallorca el 7 de agosto de 2007 y tiene una vigencia de cinco temporadas, finalizando el 30 de junio de 2012. En dicho documento figuran los emolumentos que percibiría a partir de ese momento el futbolista uruguayo, junto con otras obligaciones contractuales como la cesión de los derechos de explotación de su imagen en favor del conjunto balear.

El punto de la discordia, la indemnización que Castro debería pagar al Mallorca en caso de rescisión unilateral del contrato, está recogida en el punto II, con los 18.000 euros remarcados en letras mayúsculas. Sin embargo, el entonces gerente de la entidad balear, Pedro Terrasa, dio validez a esa incongruente cifra con su firma en nombre del club. Desde el seno del conjunto bermellón explican que el actual propietario del Mallorca, Lorenzo Serra Ferrer, montó en cólera al enterarse del desaguisado. A Serra no sólo le produjo indignación, sino también cierta preocupación puesto que hay varios equipos interesados en Chori Castro principalmente Betis y Valencia que a las malas podrían acogerse a esta cláusula para llevarse prácticamente regalado al uruguayo.

Aprovechar el error
Sin embargo, no parece probable que ningún equipo se aproveche de esta circunstancia, ni siquiera el propio agente del jugador, Paco Casal, que podría llevarse fácilmente a su pupilo al equipo que deseara. El directivo balear que firmó el contrato, Pedro Terrasa, dimitió de su cargo justo un año después de esta rúbrica y, según se ha conocido en los últimos días, percibió un finiquito de más de 250.000 euros tras su dimisión. Actualmente tiene un 10% de las acciones del Mallorca.
La clausula del ‘Chori’ Castro es de sólo… ¡18.000 euros!