Bueno, pues cayó Antonio Alvarez. Es la crónica de una muerte anunciada, y lo que más coraje me dá de todo ésto, es que nos ganaron, joé, sin jugar nada. Gámez tiene que estar soñando aún con Perotti.
Gregorio Manzano,un viejo conocido nuestro, comienza mañana a entrenar al equipo. A ver si allí le aguantan irse a Valladolid dos días por semana.
Obviamente, no le deseo suerte...